Tampoco son oficiales de la reserva pero llevan un título que los enorgullece: son amigos del Ejército, pero no sólo de corazón, sino en cuerpo y alma. Hacen parte de uno de los grupos Ciame (Cuerpo Integrado Amigos del Ejército) que tiene la Segunda División del Ejército, la cual reúne a cinco departamentos incluido Santander.
Fácilmente se podrían confundir con el cuerpo de Profesionales Oficiales de la Reserva, civiles que también apoyan a las Fuerzas Militares, pero hay una gran diferencia: los de la reserva van recibiendo grados por su antigüedad y quienes integramos los grupos Ciame no, no nos interesa, somos un grupo de voluntarios que piensa específicamente en la labor social, explica Jorge y añade que los grupos Ciame se consideran el hermanito menor de los oficiales de la reserva, porque a ellos deben su existencia.
Esta claro que no tienen ningún rango dentro de la estructura militar, pero esto no quiere decir que cuando salen a realizar jornadas humanitarias, puedan ser confundidos con un soldado o un sargento, situación que en nada los molesta.
Ellos, como todo militar, llevan puesto un camuflado identificado con su apellido, sus botas, saben perfectamente cómo vive un soldado y los detalles de la vida militar; incluso utilizan el lenguaje militar, aunque nunca van armados.
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